Capitulo. ix.

De tres naos que eſcaparon miragloſamente cõ toda la gente dellas: eſtando doziẽtas leguas o mas ẽla mar: ι aportaron al puerto d̓ plata eneſta yſla eſpañola.

Muchas vezes he oydo a hõbres dela mar ι a otras perſonas de credito q̃ han nauegado ι halladoſe en naufragios ι grãdes tormentas, que hã oydo bozes como humanas hablar eñlayre


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enlos tp̃os que mas peligro teniã; ι hã viſto coſas eſpãtables ι demonios: ι a eſte propoſito dire lo q̃ paſſo muy pocos dĩas ha ay muchos teſtigos ẽ aq̃ſta yſla; ι aũ algunos vezinos deſta cibdad: en eſpecial martin de vergara alguazil mayor por el almirãte don Luys colom: ι xp̃oual perez carcelero dela carcel real deſta cibdad; q̃ yuã a eſpaña ι ſe hallaron p̃ſentes en eſte trabajo: lo qual paſſo deſta manera. En el mes de agoſto año de. M.d.xxxiij. ſalio del puerto deſta cibdad de ſanto domingo de la yſla eſpañola vna nao cargada de açucares, ι cueros de vacas ι de cañafiſtola ι cõ oro ι otras coſas para yr a eſpaña: y enel camino cerca deſta yſla el maeſtre d̓lla llamado ſant juã de Ermua adoleſcio, ι diole tanta prieſſa ſu ẽfermedad que la nao arribo por ſu reſpeto ala yſla de la Mona, que eſta entre aqueſta yſla ι la de ſant Juan a quarenta leguas de eſta cibdad, ι alli murio el dicho maeſtre el qual enterrado la nao profiguio ſu camino: ι como ſe auia alli detenido ouo lugar de la alcançar otra nao que ſalio deſpues deſte puerto de ſancto Domingo; de que era maeſtre vn piloto llamado Carreño. Eſta ſegunda nao yua aſſi meſmo cargada de muchas caxas de açucar; ι cueros; ι Cañafiſtola, ι oro, ι yua muy rica: y eneſta nao yuan los que he nombrado de ſuſo. Y acabo de muchos dias que nauegauan que eran ya mas de quarenta; ι que quando a eſta cibdad llego la nueua d̓ ſu deſuentura, ι que ſe penſaua que ya eſtas naues eſtarian en Eſpaña; arribaron perdidas ι deſtroçadas a la villa de puerto de plata en eſta yſla, que es de la >vanda del norte, quebradoslos maſteles y entenas, ι auiendo alijado la mitad o mas de la carga que lleuauan y echadolo a la mar. Eſta tormenta les tomo dia de las onze mill virgines, que es a veynte y vn dias del mes de Octubre; ι turo les tres dias con dos noches. Dieron ſe muchas vezes debaxo delas ondas dela mar anegados: ι llamando a nr̃o ſeñor ι a ſu glorioſa madre pareſcia q̃ del profundo d̓las aguas ſubiã para arriba.
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ι como aquellos pecadores dezian, o madre de dios virgen maria: ι con lagrimas y grã atencion pedian ſu ſocorro: oyeron enel ayre dezir: que la quereys: que la quereys; ι aſſi replicarlo algunas vezes alos demonios: los quales afirman ſin dubda auer algunos viſto. Ala qual glorioſa ſeñora plugo a peſar delos aduerſarios diablos; de ſocorrer eſta miſerable gente en tanta agonia ι trabajo pueſta: ι aſſi acabados los tres dias: ι quaſi roncos delas bozes ι clamores: ι traſpaſſados y quebrantados del mucho trabajo fueron de dios y d̓ ſu ſacratiſſma madre oydos: y ceſſo aquel mal temporal: pero como ſe dixo de ſuſo; auiendo echado ala mar mas de trezientas caxas de açucar; que alomenos ninguna lleua de doze arrobas abaxo: ι mas de mil cueros de vacas ι muchas pipas de cañafiſtola: y es opinion que la ropa y mercaderias que echaron ala mar valia mas de diez mill Ducados. E aſſi muy fatigados: ι porque las naos no podian nauegar ι boluiau abiertas dela gran tormenta: ι hazian tãta agua que apenas las podian traer con las bombas: ι vaziando de dia y de noche, ſin deſcanſar momento: ι quaſi el agua era ya inuencible, plugo a dios que miraculoſamẽte llegaron al dicho puerto de plata: ι la gente ſalio ſalua ι libre y no poco eſpantada. E dela carga que quedaua que no echaron ala mar; la mayorparte della quedo quemada; y podrida de ſe auer vañado tantos dias: cõ eſtas dos naues ſe auia jũtado otra ẽla mar que yua de la nueua eſpaña cargada de tocinos: que es otra coſa nueva ι para ſe notar; porque no ha quinze años que ningun puerco auia delos de Eſpaña, ι delos que paſſaron deſtas yſlas ſe han hecho tantos y tan grandes hatos ι innumerables monteſes; q̃ ya las naues cargan delos tocinos. Aſſi q̃ eſta nao yua con eſta carga y lleuaua cincuẽta mil caſtellanos: ι los veynte mil dellos para ſu mageſtad, ſegũ eſtotras dos naos dieron noticia q̃ lo auiã ſabido deſtotra tercera con quien auian audio habla. Pocomo eſtotras ſe tornaron porla razon que es dicho; que doſſe proſſiguiendo ſu camino (la que yua
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de la nueua eſpaña) en la mar. Pero no lo pudo continuar por el miſmo temporal: ι aſſi deſpues vn Sabado veyente y dos dias d̓ Noviembre del miſmo año aporto al puerto deſta cibdad de ſanto Domingo eſtotra tercera nao, perdidas las gauias ι otros aprejos ι muy deſtroçada: pero ſalio en ſaluamento loores a nueſtro ſeñor. De la qual era maeſtre vn Juan Sanchez de Figueroa: al qual yo hable despues en eſta cibdad; y me dixo el eſtremado peligro en que ſe auian viſto. De manera que el diablo no quiere ſolamente trabajar ala gente dela tierra, pues que me pareſce que tambien nauega y va a molestar las naos y nauegantes, d̓l qual ſean librados todos los chriſtianos. Pero para q̃ los que no han nauegado ſepã que eſto no es coſa nueua a nueſtro comun aduerſario, dire en el ſiguiente capitulo otro caſo no de menor peligro: y en que el maldito Lucifer no puſo menos diligencia que en lo q̃ tengo aqui dicho, para que los catholicos veã quan acordada deue eſtar en ſus coraçones continuamente la madre d̓ dios. Lo miſmo que he dicho deſtas tres naos me conto aſſi miſmo eneſta cibdad el proprio maeſtre carreño, cuya era vna deſtas tres naos, hõbre de bien y de credito: y fue el que mas perdio eneſte naufragio. Y por tanto põgo mas teſtigos ni autores eneſte caſo por que es muy publico, aſſi alos que lo vieron como alos vezinos deſtas cibdad particulares cuyas eran aquellas caxas de açucar ι mercaderias que yuan eneſtas dos naos. La deuociõ principal y ſocorro que eſtos tuuieron, no es meneſter mas repetirla, ni acordar al lector, ſino que quando llamauan ala madre de dios reſpondia el diablo: que la quereys: q̃ la quereys. Por cierto necia reſpueſta: pues ſabia el lo que la queriã los pecadores q̃ en tã ta neceſſidad y agonia la llamuan: ι cõ tanta confiança de ſu poder ι clemẽcia: no era aquello ſino para turbar y deſacordar los de pedir tan cierto ι infalible ſocorro como hallan los que de coraçon la aman ι ſiruen: y como le hallaron eſtos chriſtianos enla madre de dios.